El 4 de agosto de 2020, en el Puerto de Beirut, se registró un gran estallido de 2.750 toneladas de nitrato de amonio, que terminó con la vida de 218 personas, dejó más de 7000 heridos, además de diezmar gran parte de la capital libanesa en un radio de 20 kilómetros, forzando al desplazamiento a unos 300000 habitantes.

▪ El suceso profundizó hasta un punto terminal la crisis social, económica y política que atravesaba el país, desencadenando un colapso financiero y gubernamental irreversible. Tal es así, que aún hoy esta nación asiática afronta las consecuencias de la tragedia, y el acceso a la información veraz y a la Justicia continúa siendo una materia pendiente, tanto para los familiares de las víctimas como para la población en general.

▪ Tras haberse cumplido un nuevo aniversario de aquella explosión, desde el Consejo Profesional de Química de la Provincia de Buenos Aires se recuerda la importancia de que los gobiernos legislen y procuren el cumplimiento de la Ley y los protocolos vigentes vinculados al manejo seguro de las sustancias, al tiempo que deben promover prácticas seguras para la población y el ambiente, en torno al manejo de los productos químicos.

▪ Al respecto, el presidente de nuestra entidad, Dr. Carlos H. Colángelo, manifestó que “la tragedia de Beirut conmovió al mundo por la magnitud de su destrucción y la gran pérdida de vidas que ocasionó. No debe soslayarse en ningún momento que este desastre fue consecuencia de una manipulación negligente de sustancias químicas altamente peligrosas, en cuya cadena de responsabilidades se ven comprometidos desde sus actores directos, hasta el entramado institucional”.

En este marco, Colángelo remarcó que “lamentablemente los accidentes por la manipulación indebida o ilegal de las sustancias químicas son más frecuentes de lo que se cree, y siempre se dan en un marco de desregulación, falta de controles pertinentes, y algún grado de negligencia”. Así, el presidente del Consejo recordó que, en la provincia de Buenos Aires, nuestra entidad registra periódicamente “sucesos que, aunque de menor magnitud, causan desastres ambientales y sanitarios irreparables, como lo es el caso reciente de la explosión del reactor de la planta de Atanor en la localidad de San Nicolás”. Por tanto, aseguró que “es de suma importancia que los procesos químicos sean llevados a cabo en el marco de la Ley, y estén a cargo de profesionales debidamente matriculados, de modo de garantizar el desarrollo seguro de los mismos”.

▪ En la conmemoración de esta fecha fatídica, desde el Consejo Profesional de Química de la Provincia de Buenos Aires se hace un llamado a la reflexión para que lo ocurrido en Beirut sirva de aprendizaje y se aúnen los esfuerzos para lograr un ejercicio de la Química seguro tanto para la población como para el ambiente. Por eso, recordamos la plena vigencia de la Ley 7020 que rige el ejercicio profesional y, además, convocamos al cuerpo legislativo de la provincia de Buenos Aires a dar los pasos necesarios y urgentes de cara a la creación y reglamentación del Registro de Establecimientos que Manipulan Sustancias Químicas (ReMPQui), para favorecer la regulación y el control de la actividad a nivel provincial.

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